lunes, 1 de febrero de 2016

Para putas, borrachos y maricas

Me encanta escribir para mí, jugar con las palabras y ser como Grease 2 (sí, existe)
Fue una segunda parte de la película original, no fue para nada conocida, fue declarada un fiasco. Y, eso es lo que yo quiero; ser un fiasco generalizado para la mayoría, pero un relato culto para mi gente querida.

Veo series de televisión que nadie conoce, digo cosas incoherentes, leo libros que huelen a viejo, y me sonrojo cuando me dicen que me han leído. Creo que los mejores escritores y cantantes han pasado por barras de bar, tengo la teoría de que los mejores cineastas son jóvenes torturados, y tengo claro que las mejores personas nunca serán completamente felices. 

Me siento en círculos pequeños, me rodeo de grupos escuetos y, en las relaciones de duetos, siempre pierdo los duelos. Soy pacifista, creo en las guerras de sábanas y confío en las personas por encima de mi ironía. Partiendo de todas estas verdades, confío en que los dramas son el mejor estado emocional de las personas. Su bondad se dispara y su dulzura se cruza con su niño interior creando una alegría acuosa que asomará una carcajada nerviosa... Estoy delirando, lo sé... Esto es Grease 2.

Tras mi delirio, retomo la idea de conocer a príncipes de colores que visten de negro, a chicas divertidas con ropa provocativa, a artistas que beben antes de las tres. Y, es que esta es la magia de mi intensidad; busco tanta gente diferente que desecho a los "normales" por no verlos como dignos aspirantes. Es tan complejo como enrevesado, pero marginan a los raros e insultados, y yo en cambio los guardo y cuido en mi cajita de recuerdos geniales. 

Por ello, al igual que Grease 2, me siento una edición abandonada de una cinta en un viejo videoclub. Cojo polvo y, con mi amiga de los polvos, bebemos tequila barato escuchando a artistas alcohólicos mientras leemos clásicos de los años veinte que todo el mundo desconoce. Al igual que Grease 2, soy para putas, borrachos y maricas. 




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