Recuerdo la lluvia cayendo contra el cristal, atentando contra el silencio que quise mantener ante el derrumbamiento de toda mi enredadera. Ya no quedaban bloques de piedra en mi corazón; ya no me quedaba ninguna coraza de protección; ya no tenía ninguna opción en la batalla a la que me retó tu mirada.
Aquella noche fría y húmeda terminó toda batalla de contención.
Tu caballería armada con estandartes de sonrisas quebrantaron mis aposentos, resquebrajaron a mis soldados y, ante mi sobrecarga de armadura, desfallecí a tu lado. Sin mi revolver, con la mano en el gatillo y mi alma entre las sábanas me dejé proteger por ti.
Mi silencio se topó con tus caricias, miradas, sonrisas y ternura espontanea.
Ante ese sentimiento de protección, calor, amor y hogar; solo pude rendir pleitesía a tus dedos y dejarme abrazar por mi nueva realidad. Había sido vencido, derruido, destruido... Y, curiosamente, me sentía completa y absolutamente liberado.
Dejé que tus manos tomasen el control, escondí mi cara en tu cuello y busqué cobijo en tu aroma hogareño. Me permití encoger mi cuerpo, consideré la idea de que me acunaras en tu pecho y me permití bajar la guardia mientras me desnudé más allá de mi ropa interior.
Volví a escuchar la lluvia atentando contra la ventana, comencé a conciliar el sueño e hice de tu pecho mi mejor almohada. Te miré en la oscuridad, respiré de forma ahogada y susurré con los ojos inundados de verdad: "te quiero"
viernes, 28 de julio de 2017
domingo, 19 de febrero de 2017
Se me han vuelto a soltar los cordones...
- Entonces, ¿consideras que empiezas una nueva vida?
+ ¿Es eso posible?
Quiero decir... ¿Puede una persona decir, ¿voy a empezar una nueva vida?
Me parece muy pretencioso que un ser humano decida comenzar una nueva vida y se crea que puede dejar atrás lo que fue. Entiendo que podamos empezar una nueva fase, elegir nuevos caminos y dejar atrás una existencia que ya no necesitamos, no obstante, somos la suma, resta, multiplicación y división de ese pasado que queremos exiliar a los recuerdos perdidos.
Yo quiero demoler murallas que construí en un pasado de guerra; quiero terminar con ellas y dejarme al descubierto en un nuevo tiempo de paz. Quiero aprovechar la caída de esos muros para recorrer nuevos caminos en soledad y encontrar nuevas compañías en este viaje que quiero iniciar.
He cogido una pequeña mochila de bártulos, dicha mochila queda a juego con mis botas vintage; aquellas que calzaron mis pies en los años de guerra.
Tras preparar mis enseres, respirar tres veces y seleccionar las canciones adecuadas para el primer tramo de mi viaje; decidí volver hacía atrás durante unos minutos.
Busqué entre los retales de ayer, rebusqué entre los añicos de la muralla y encontré viejos anclajes que no quería perder. Me arrodillé a recoger los pocos pedazos que veía completos, los guardé de forma cuidadosa y me sequé las lagrimas que bañaban mis mejillas ante los fantasmas del pasado que intentaron colarse en mi nueva bolsa de viaje.
- Entonces, podemos decir que empiezas un nuevo camino y solo llevarás los esencialmente necesario, ¿no?
Sin cargas, sin piedras en tu mochila...
Asentí sonriendo y miré al suelo comprobando que el cordón de mi bota vintage se había desanudado, en ese instante una lagrima recorrió mi mejilla y salpicó mis labios.
+ Sí, exactamente.
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