domingo, 12 de abril de 2015

Ser diferente

Cada vez siento más predeterminación, más organización desorganizada, y más objetivos que no alcanzo y que tan importantes parecen.

Nacer, crecer, ubicarte, y crear/marcar tu esencia en la prosperidad. Debe ser genial alcanzar cada objetivo en cada momento oportuno, lograrlo según la sociedad marca, hacer exactamente lo que parece que debe ser. Por mi parte, no considero haber logrado ni uno solo, creo que no he seguido la jerarquía oficial, creo que me perdí en alguno de los cincuenta senderos que inventé. He de reconocer, que siempre busqué atajos al esfuerzo y siempre me inventé caminos a metas inalcanzables por las que tampoco peleé en exceso.

Parece complicado querer ser un desviado, un desviado a lo que camino diferente refiere, alguien que no sigue la regla impuesta, alguien que quiere ser diferente. Hay plena libertad a ser como se quiera, no hay ninguna legalidad que evite que pienses diferente... No obstante, hay un exceso de problemas, dificultades, y factores que te convierten en un extraño entre la gente. Es como si fueses el chico extraño que sostiene la copa frente a la barra una noche de sábado. Ése chico que mueve el pie a son de una canción sin letra que causa furor entre todos los presentes. 

Al final, parece que la pega es no saberse la canción... Tal vez no, tal vez la pega es que no te guste esa canción. Pero nadie te la impone, simplemente todos la eligen, tú no. Por ello, decides quedarte en esa barra, en esa calle, en esa carrera, o incluso en esa relación sin futuro. Total, ahí estás con esa misma canción que todos escuchan, eres uno más. Esa puede ser la solución, mezclarte entre los presentes, recuperar ese camino por el que todos van... Parece que al final sí que te imponen tener su mente, o tal vez no he aprendido a ser diferente.


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