Caminé por cada pasillo, podía ver por encima de los cristales cada clase, supongo que en su día era bajito para ver por encima de ellos. Vi a mis antiguos profesores, algo más mayores, ya no parecen tan macabros ni maliciosos. Pasé los dedos por aquellas paredes, recordé los días que pasé castigado en el pasillo, siempre por aquellos "cabrones" que no me comprendían.
Recorrí los pasillos menos transitados, me reí apoyado en la pared, y recordé mi primer beso frente a esa clase. Me mordí el labio recordando el rostro de ese príncipe, actualmente un extraño al que tengo en Facebook, pero en su día todo un mundo para mí. Bajé corriendo las escaleras, reí solo, recordaba a mis profesores gritando que no corriese... Frené en seco, un charco de agua, unas pisadas marcaban todo el pasillo.
Llegué al despacho de profesores, imponía menos de lo que recordaba. Me senté como los indios ante su puerta y sonreí. Pensé en cada discusión, cada suplica por aprobar, cada risa que me aguanté por cada bronca, cada dedo que saqué contra la espalda de cada "imbécil" que me regañó. Puede que también reflexionase sobre qué tenían algo de razón... Escuché ruido en el interior, y corrí escaleras arriba hasta llegar a la azotea.
Caminé por la azotea, me asomé, y pensé en como leía revistas de adolescentes en los bancos con mis amigas, en las piras que hice huyendo por la puerta trasera, reí a carcajadas mientras me calaba, seguía lloviendo, y yo seguía viendo a mi yo adolescente por ese patio vacío y mojado. Pasé horas allí, creo que en cierto modo sigo allí, creo que en realidad jamás me fui... De alguna manera, siempre recordaré, que todo empezó ahí...
2 comentarios:
Sigue adelante, no te quedes en ese colegio q tan atrás te queda, si no avanzas todos aquellos q se rieron de ti volverán a hacerlo, alimenta tu futuro y no mires atrás ��������
Y cuando mires atrás y veas todo lo q has recorrido para llegar hasta donde estas verás que ha merecido la pena, tu ;) de repuesto
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